Los videojuegos no tienen por qué ser divertidos
A propósito de Behind Every Great One y otros juegos que te hacen sentir mal.
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Behind Every Great One (Deconstructeam)
Doy clases en una universidad en Lima desde hace unos años. Es algo que me gusta hacer porque me mantiene al día de las ilusiones y de las angustias de la generación que está por entrar a trabajar en la industria de videojuegos. Me gusta retarlos y animarlos a jugar juegos distintos porque la mayoría llega al curso solo conociendo los juegos más populares y no han experimientado juegos independientes.
Desde hace unos ciclos, para uno de los controles de lectura, les pido que jueguen el juego Behind Every Great One, del estudio español Deconstructeam. Es un juego de 2018, corto y gratuito, que se puede jugar en la web o desde una PC o Mac. Les pido que jueguen ese juego porque es un juego incómodo, que habla sobre el machismo y los roles que la sociedad espera que cumplan las personas en una pareja (si desean leer un buen ensayo sobre el juego pueden leer este de Marta Trivi en Anaitgames). Me interesa que mis alumnos jueguen este juego porque no es un juego que te divierta, y eso marca una gran diferencia con lo que estamos acostumbrados. Solemos escuchar que lo más importante de un juego es que sea divertido, pero, ¿qué pasa cuando un juego busca hacer lo contrario?
Tomemos otro ejemplo, esta vez de un juego de rol que jugué hace un par de meses. El juego se llama Alice is Missing, y en él debemos encontrar a una adolescente desaparecida mientras investigamos qué es lo que sucedió. La diferencia con otros juegos de rol es que no estaremos sentados alrededor de una mesa discutiendo nuestras hipótesis y tirando dados, sino que conversaremos dentro de un grupo de Whatsapp y el juego nos irá empujando a conocer más de los hechos durante la hora y media que dura el juego. Alice is Missing es un juego de rol que nos hizo sentir incómodos. Tocó temas como el acoso, el bullying y la homofobia. Cuando terminamos de jugar estábamos exhaustos. Pero fue una experiencia de la que no podíamos dejar de hablar. Había dejado una huella.
El poder que tienen los juegos —y los videojuegos, por supuesto— es su interactividad. Somos nosotros los que tomamos las acciones y sufrimos las consecuencias. ¿Por qué no usar eso para tocar temas serios como lo hacen otros medios como el cine o la televisión? Hacerlo no excluye que no diseñemos o que no juguemos otras experiencias —sobre todo ahora que los cozy games, que son juegos que nos hacen sentir bien, han crecido tanto— sino que abre la posibilidad de expandir el medio con otro tipo de emociones.
Al final del ciclo pasado en la universidad, uno de los grupos de alumnos hizo un juego en el que el jugador controlaba a un perro que debía curar las heridas de su dueña luego de pasar por un periodo de duelo. Otro grupo hizo un juego sobre los últimos días de una señora adulta y sobre sus recuerdos. Esa era la idea.
Recomendaciones
Hace unas semanas vi la película Perfect Days, en donde el protagonista va por los baños públicos de Tokio limpiándolos y nosotros vamos conociéndolo más. Está disponible en MUBI y si nunca se han suscrito al servicio de streaming le dejo un link para que tengan un mes gratis.
No es novedad, pero ChatGPT está cambiando la forma en la que trabajamos, pero en mi caso está cambiando sobre todo la forma en la que estudio chino. En la nueva versión es posible tener conversaciones con la inteligencia artificial y estoy practicando con ella hablando en chino y luego preguntándole en inglés qué errores cometí. Si están aprendiendo un idioma, anímense a crear su rutina personalizada allí.